Se
celebran en Enero. A pesar del frío que suele hacer, ésta es la
fiesta grande del pueblo, en la que los vecinos instalan pequeñas
casetas familiares delante de sus casas y, día y noche, el pueblo
se llena de bullicio. Durante la fiesta y los días previos, Lucena
despierta con el sonido matinal del tamboril, que llena las calles
de fervor y entusiasmo. El día grande es el 22 de enero, día del
patrón San Vicente que, desde por la mañana, recorre todas las
calles del pueblo recibiendo los vítores y el calor de su gente.
El santo se
erige en un sencillo paso de plata, rodeado por flores y
candelabros de guardabrisas. San Vicente es una escultura
realizada en madera policromada, que aparece de pie con rostro
sereno, la mano derecha en el pecho sosteniendo una pluma y en la
izquierda porta un libro.
Después de
todo un intenso día de procesión, llega la hora de la puja, en la
que participa todo el pueblo. La puja es una especie de subasta en
la que los vecinos ofrecen donativos a cambio de que el santo pase
por los lugares que el donante desee, por ejemplo, por delante de
alguna caseta, o para que entre o salga de la iglesia parroquial.