Con
seguridad la Semana Santa es una de las celebraciones con
mayor sesgo y protagonismo religioso de las que se viven
en Jaén.
Tal vez la
Semana Santa aquí no se asemeje en cuanto a
espectacularidad a la de otras capitales andaluzas; por
contra, predomina el recogimiento y los desfiles
profesionales son algo más austeros, aunque no por ello
exentos de brillantez.

También hay
que decir que pese a las aglomeraciones, es posible seguir
los desfiles desde los puntos más señaladas con relativa
facilidad. Las sillas, situadas a lo lago de la carrera
oficial, están a disposición e cualquiera que desee
ocuparlas previo pago, sin necesidad de estar abonados, y
no impiden la visión a aquellos que prefieren presenciar
los pasos de pie.
Las
manifestaciones puramente religiosas, como los oficios,
también toman especial protagonismo en ese momento.
En la Catedral, por la tarde
del Viernes Santo, tras la acción litúrgico de la Cruz,
desde el altar mayor, los púlpitos y los balcones, se
bendice a los fieles, al pueblo, a la ciudad, a los
campos, con la venerada reliquia del Santo Rostro.
Sin
embargo, la época del año, el estallido de luz y olores
que supone la primavera, impregnan el ambiente de un
sentimiento de alegría que se manifiesta de manera
festiva. Así, los bares del centro, sobre todo los de San
Ildefonso y los del Arco del Consuelo, acogen estos días
al multitudinario público que se da cita en la calle para
acompañar los pasos y, si el clima es benigno, aparecen
las primeras terrazas.
Cuando llega la Cuaresma, en
Jaén puede hablarse ciertamente de un importante
movimiento cofrade, que ha venido preservando durante años
viejos estatutos. La revitalización que el
movimiento cofrade ha experimentado desde los años 80' ha
repercutido en que los desfiles procesionales recobren
esplendor, desapareciendo, por ejemplo, prácticamente, los
casi generalizados pasos de ruedas tan frecuentes en los
70', o los costaleros profesionales, incluso generándose
nuevas costumbres, como las cuadrillas de mujeres
costaleras.
En Jaén el
momento álgido de la Semana Santa es sin lugar a dudas la
madrugada del Viernes Santo, cuando sale de la Catedral la
imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido entre el
pueblo como "El Abuelo". La muchedumbre se agolpa en la
plaza de Santa María para presenciar este espectáculo y
apenas unas horas más tarde, lo hace de nuevo para
presenciar el Encuentro que protagoniza con la imagen de
la Virgen.
Su cofradía, con más de siete mil hermanos, es una de las
más numerosas de España.

En los
últimos años se ha convertido en una cita ineludible para
los pasos que procesionan por el casco antiguo hacer
parada frente a la sede de la Peña Flamenca, en la calle
Maestra, para apreciar la calidad de las saetas que se
cantan desde su balcón.
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