"Estimados
mojaqueros y mojaqueras, fieles todos residentes o turistas:
Ser cristiano o cristiana
hoy es participar en la aventura de la historia del amor de Dios con
su criatura, no aisladamente, sino desde la comunión universal con
Cristo, es decir, desde su catolicidad reflejada en la Iglesia
particular. Durante esta Semana Santa 2008 os invito a que nos
adentremos en el corazón de Cristo muerto y resucitado para poder
dar testimonio de nuestra fe en medio de nuestra sociedad.
El ser creyente se
vive en un contexto determinado, en una realidad social concreta, en
un escenario geopolítico diverso. En Mojácar somos creyentes en la
playa y en el Pueblo y procuramos que nuestra Semana Santa llegue a
todos como propuesta de nuestra tradición de fe y como oferta
turística.
La propuesta creyente
queda reflejada en los dos últimos escritos de nuestro Papa
Benedicto XVI: el libro Jesús de Nazaret y la encíclica Spei Salvi.
En la parroquia apenas queda tiempo para preparar todo lo que supone
los oficios y procesiones de Semana Santa desde la Semana de Dolores
hasta la Semana de Pascua. Pero, para muchos es tiempo de descanso y
recreo que puede suponer una invitación para dejarse interpelar por
las palabras del Papa, en el Paseo de la Playa, en las calles o
terrazas del pueblo
Cuando los costaleros
y costaleras cargan con los tronos e imágenes de nuestro Señor
Jesucristo y de la Virgen María confiesan, a veces sin saberlo, que
Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios nacido de María Virgen, para
colmar nuestra esperanza. No es motivo de vanagloria, sino de
respuesta a la llamada que Dios nos hace en su Hijo y que encuentra
su prolongación en la celebración cotidiana de la Misa,
especialmente en la Eucaristía del Domingo. Aquí radica la esperanza
de nuestra salvación. Nuestra esperanza católica toma cuerpo en la
vida de las personas que movidos por la gracia de Cristo se abren al
amor de Dios, Padre suyo y nuestro.
Una esperanza que se
busca principalmente en los niños y en los jóvenes, pero que
encuentra su sostenimiento en los mayores y ancianos. Necesita del
testimonio de toda la familia escuchando la palabra de Dios en las
preocupaciones del presente y comulgando de la Eucaristía para
abrir nuevos horizontes de futuro. Un futuro donde tengan cabida los
más pobres de la tierra. Nuestra riqueza es Jesucristo que mueve y
moverá a la juventud de hoy y del mañana para que, como María, se
abra a la Palabra del Crucificado capaz
de transformar nuestra vida personal, eclesial y social, haciéndola
más solidaria con la naturaleza y con la historia de los seres
humanos.
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Manuel
Martínez, vuestro párroco
¡VEN Y
PARTICIPA EN LA FIESTA!
PROMUEVE LA
TRADICIÓN ANDALUZA
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